Liderazgo en el siglo XXI

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Liderazgo en el siglo XXI
Lic. Haydee Scomparin

Es bastante habitual que escuchemos que muchas familias suelen describir a sus hijos como “LIDERES”, tomando a esta palabra como sinónimo de quien es capaz de mandar, de dirigir y aún de exigir.

Sin dudas, es una idea errónea del concepto de Liderazgo. Son demasiados los líderes “natos” para hablar de ellos, pero son y serán muchos más los que se formen y aprendan a serlo “si se les enseña”.

Un líder genera líderes y si bien tiene seguidores no es la popularidad lo que caracteriza a un líder. El líder Hace, pero su buen liderazgo se ve en los Resultados.

Es innegable que el líder ejerce un poder, pero un poder legítimo y a eso se le llama Autoridad Merecida.

De a poco va construyendo competencias para serlo: buena autoestima, pasión por lo que hace, afecto hacia el prójimo, resiliencia, adecuado uso del humor, humildad, observación de tendencias, imaginación, expertise, buena escucha, confianza, capacidad de delegación, entre otras.

Es un inspirador de valores, desarrollador de talentos, alguien integrador, capaz de manejar situaciones de stress y presión, descubridor del más allá de sus fronteras.

Una famosa frase plantea que los líderes “deben tener la cabeza en las nubes y los pies en la tierra”. Además de ello, deben ser capaces de crear una nueva cultura y tener la suficiente flexibilidad ante los cambios de contexto.

Justamente, nuestro mundo repentinamente ha cambiado y tuvimos que aprender a manifestar nuestros afectos de otra manera, donde los mismos no sean definidos por la presencia física ni la falta de ella los haga menguar.

También nos comunicamos de otra forma utilizando mediatizadores sin que por ello se produzcan malos entendidos y así, también los lideres apelan a otra herramientas para descubrir nuevos liderazgos, entre ellas la Programación Neurolingüística (PNL) y el Mindfulness.

Como ya dijimos, con los profundos cambios que exige el mundo laboral, liderar dicho cambio implica desarrollar nuevos recursos para gestionarlos.

Encontramos el origen de la Programación Neurolinguística (PNL) en el año 1975 a través de los autores John Grinder y Richard Bandler, luego trabajando también en este campo Robert Dilts, quienes crearon un modelo dinámico y formal del funcionamiento de la mente humana.

Dicho modelo nos permite incrementar las cualidades que tenemos y mejorarlas, haciendo posible que las personas se involucren más en su ámbito laboral desde un trabajo personal que previamente incluye el autoconocimiento.

Y en conjunto con ella, ¿en que puede ayudar el MIndfulness?

Básicamente en mejorar las relaciones interpersonales, ya que la sobredosis de información, la superposición de tareas, las distracciones (mensajes, mails, llamadas, redes sociales) reducen el rendimiento y generan un clima de poca armonía externa e interna, lo que tarde o temprano llevan al burnout.

Otra reacción natural es la multitarea, que nos lleva a no poder sostener una atención plena y en consecuencia el cerebro se acostumbra a responder de esta manera incorrecta.

Por lo tanto, trabajar la atención, la agilidad, la colaboración entre otras habilidades incrementarán la posibilidad de alcanzar los objetivos definidos.

El mindfulness mejora la energía, la actitud, la motivación, la toma de decisiones y esto impacta en el ámbito laboral ayudando a formar las competencias para el liderazgo.

¿Qué se entrena al practicar el Mindfulness?

• la intención: trabajando la perseverancia para lograr una atención plena.
• la atención: tratando que la mente funcione en tiempo presente.
• la actitud: trabajando la autocrítica, el autoreproche, el permiso a atreverse dando paso a la ejecución de nuevas tareas y desafíos y consecuentemente el desarrollo de la creatividad.

Así, la proactividad, el descubrir la intencionalidad del mensaje comunicacional, el respeto hacia las distintas interpretaciones de la realidad y el desarrollo de un enfoque sistémico permiten conseguir mejores resultados y por consiguiente ampliar la formación de un Líder.

De esta manera, sigue siendo completamente válido y acertado lo que Peter Drucker en 1993 expresó: “el líder del pasado debía saber cómo decir, el líder del futuro será una persona que sepa como preguntar y al ser un mundo tan complejo serán las situaciones las que descubrirán al más apto para que uno o muchos líderes al unísono coordinen su resolución”.

 

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By | 2021-10-05T11:40:48+00:00 octubre 5th, 2021|Artículos|0 Comments

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